CÓMO TENER MOTIVACIÓN PARA CAMBIAR (Cómo ser más feliz 3/5)

En este artículo aprenderás a hackear tu mente para tener una motivación imparable y dejar atrás la pereza, los miedos, la indecisión y tu zona de confort. Porque seguro que muchas veces has intentado cambiar cosas en tu vida y lo has acabado dejando porque no te sentías con fuerza. Hoy vas a aprender cómo tener motivación para cambiar tu vida y ser más feliz a través de la estrategia y el sistema de recompensas.

Persona saltando de la cima de una montaña a otra en actitud de motivación infinita

Cómo ser más feliz

Esta serie de artículos sobre cómo ser más feliz tienen una premisa fundamental:

Sólo puedes ser feliz cuando tomas el control de tu vida.

Por ello, dedicamos el primer artículo a definir bien los objetivos que más te gustaría alcanzar en tu vida. Estos objetivos son nuestra brújula: si no tenemos claro qué queremos en nuestra vida, entonces nos sentiremos perdidos, no sabremos a qué dedicar nuestro tiempo y nuestros esfuerzos… Así que:

El primer paso para hacerte cargo de tu propia vida es definir claramente lo que quieres.

Una vez hecho esto, necesitas un plan, una estrategia para llevarlos a cabo. Es magnífico saber lo que quieres, pero si no diseñas una estrategia para conseguirlo se quedará en un mero deseo.

La forma más eficaz de implementar esta estrategia es convertir cada uno de los pasos que realizan nuestro objetivo en un hábito:

El poder de un hábito reside en que no requiere fuerza de voluntad, lo realizamos sin pensar.

Por eso en el segundo artículo estuvimos viendo diversas estrategias para convertir nuestras estrategias en hábitos. Lo que ocurre es que muchas veces topamos con grandes dificultades a la hora de implementar un nuevo hábito:

  • Por muy claro que tengamos nuestro objetivo, a veces nos asalta la falta de motivación.
  • La pereza y el conformismo parece arrastrarnos a quedarnos en la zona de confort.
  • Nuestros familiares y amigos a veces ejercen una influencia negativa que no nos ayuda a cambiar.

¡Hoy vamos a trabajar precisamente esas dificultades para aprender cómo tener motivación para cambiar que nos dure siempre!

Falta de motivación

Joven sentado en el suelo con la cabeza gacha con actitud de tristeza y falta de motivación

¿Por qué necesitamos motivación para cambiar?

Si quieres algo porque te va a hacer feliz, ¿no es suficiente motivación? Y resulta que, a veces, por muy claro que tengamos que queremos algo aparece una gran falta motivación.

¡Voy a ponerme en forma y bajar de peso! Así que:

  • Me apunto al gimnasio con muchas ganas: ¡Mínimo tres veces en semana!
  • ¡Dieta sana todos los días!
  • Adiós al tabaco.

Lo consigues una o dos semanas y luego…

  • Quizás tres veces en semana es mucho…
  • Vale, dieta no, pero al menos tomar más ensaladas y dejar el chocolate…
  • Por un par de cigarros al día no va a pasar nada…

Y después de intentarlo unos meses vuelves a caer en la rutina anterior:

Sin darte cuenta has dejado el gimnasio, la dieta y vuelto a fumar completamente.

¿Cómo ha podido pasar? ¡Con las ganas que tenía de ponerme en forma y bajar de peso!

Los enemigos de la motivación

Señal de stop

Los elementos que más atacan a tu motivación y te impiden conseguir tus objetivos son:

  1. La rutina: Por más perjudiciales que sean algunas de tus rutinas (sedentarismo, fumar, mala dieta…) te has acostumbrado tanto a seguirlas que ni siquiera te las planteas. Por supuesto sabes que no hacen ningún bien, pero bueno “la vida es así” o “no se puede tener todo”…
  2. Los miedos: Esas rutinas se han convertido en tu zona de confort: Son muy mejorables, pero sientes mucha comodidad con esos hábitos. De hecho, pensar en la vida sin ellos te causa cierta incertidumbre porque no sabes cómo vas a actuar si no sigues esas costumbres, cómo van a reaccionar los demás, si vas a ser capaz de mantenerlos durante el resto de tu vida…
  3. El esfuerzo inicial es lo que más pereza da cuando pensamos en implementar un nuevo hábito: empezar a hacer ejercicio, aguantar las ganas de fumar, dejar el chocolate…
  4. Los fracasos ocasionales: Habrá días que no consigamos ir al gimnasio, que fumemos un cigarrillo o nos tomemos un trozo de pastel… No sería tan grave si no apareciera la culpabilidad y la sensación de volver a empezar desde cero que nos producen una profunda desmotivación.
  5. El entorno: Los amigos que fuman, los familiares que nos dicen que no lo vamos a conseguir, la zona de dulces del supermercado… Son malas influencias o tentaciones a las que cuesta resistirse a veces.

Así que vamos a ver las soluciones para cada uno de estos frenos a tu motivación.

Como tener motivación siempre

1. Conectar con tu objetivo

Arquero apuntando a la diana con una flecha
Sólo el arquero que apunta sabe dónde está la diana puede acertar en el centro.

La rutina genera una inercia vital que te impulsa a seguir llevando el mismo tipo de vida que has llevado siempre:

No requiere esfuerzo permanecer en tu zona de confort. Simplemente tienes que dejarte llevar, no pensar y continuar haciendo lo que has hecho siempre.

El problema es que realmente quieres un cambio, pero… ¿Cómo motivarte a hacer lo necesario para conseguirlo?

Motivación maratoniana

Mi amigo Javier siempre había querido correr un maratón. Era su sueño desde que tenía 10 años y su profesora les había contado la historia del soldado griego que había corrido 42 kilómetros para avisar de la victoria contra los persas.

Habían pasado los años y ahora tenía 27, un trabajo de oficina que le obligaba a estar sentado prácticamente todo el día y había desarrollado un ligero sobrepeso. Siempre que hablaba con él, de una forma u otra, me decía:

– Sabes que el año que viene voy a correr la maratón de Madrid, ¿verdad?

Así llevábamos años, hasta que un día decidí preguntarle:

– ¿Te imaginas que empezaras a entrenar hoy mismo?

Fue una conversación muy larga y le ayudé a trazar un plan que incluía una revisión médica que certificara que no tenía ningún problema de corazón, un cuadro de entrenamientos regulares, cambios en la dieta…

Al año siguiente no corrió la maratón, no era prudente pasar del sedentarismo a correr 42 kilómetros en un año. Pero sí recorrió su primera carrera popular de 5 km. Caminó la mayor parte del trayecto, pero consiguió acabarla.

Entonces empezó a llenar su casa con las fotos que le habíamos hecho sus amigos durante la carrera, fotos de su llegada a meta, carteles de otras carreras, fotos de grandes corredores de maratón…

A los 32 años logró correr su primera maratón. Como es lógico no quedó entre los primeros puestos, su sueño no era ganar, era conseguir acabar los 42 km. Y lo consiguió.

Recuerda tu meta

Una buena manera de mantener tu motivación alta es recordarte constantemente tu meta:

  • Pon fotografías en la nevera de aquello que te motive: atletas en forma, pulmones limpios, imágenes del país del idioma que quieres aprender…
  • Mensajes motivadores en el espejo del baño, la mesa de trabajo, el ordenador…
  • Recordatorios o alarmas en el teléfono con un mensaje positivo.

Con esta motivación bien alta lograrás también vencer el miedo a salir de tu zona de confort. Como tener motivación es cuestión de actitud, cuanto más interés tengas en acercarte a tu meta, más energía tendrás para luchar contra tus miedos.

2. Sistema de recompensas

Tres trofeos en un podio de ganadores

Incorporar un nuevo hábito o cambiar de vida requiere esfuerzo, porque tenemos que luchar contra hábitos contrarios muy arraigados (sedentarismo, fumar, los dulces…).

¿Qué es lo que hace el “hábito contrario” sea tan eficaz? ¡La recompensa que te ofrece! Por eso se ha arraigado tanto en ti:

  • Tumbarte en el sofá a ver la televisión te proporciona tu momento de evasión y relajación.
  • Fumar te desestresa.
  • Los dulces están riquísimos y te dan un subidón de azúcar y energía.

Así que vamos a hackear esas recompensas pero con hábitos más sanos:

  1. Piensa en el objetivo que quieres conseguir: ¿Qué hábito te ayudará a conseguirlo?
  2. Si hay un “hábito contrario” que te lo impide piensa en la recompensa positiva de ese hábito negativo.
  3. Inventa una forma de obtener una recompensa positiva con el hábito que te ayuda a conseguir tu objetivo.

Veamos cómo funciona

Imagina que quieres dejar de fumar:

  1. ¿Qué hábitos pueden ayudarte a dejar de fumar? Hacer ejercicio, respirar profundamente con calma, meditar… Para el ejemplo vamos a escoger simplemente “hacer ejercicio”.
  2. El hábito negativo en este caso es el propio fumar. Y la recompensa que obtengo fumando es el momento de calma en el que fumo, la sensación de relajación…
  3. Como puedes ver esa recompensa es perfecta, simplemente tenemos que vincularla al nuevo hábito del ejercicio: Cuando hagas ejercicio, después vas a hacer algo que te proporcione esa sensación de calma y relajación. Puede ser un masaje, darte un buen baño, meditar, escuchar música…

En el siguiente artículo (y webinar) desarrollaremos más extensamente una potente estrategia para cambiar esos malos hábitos por los buenos hábitos que quieres en tu vida (sígueme en YouTube y en Twitter para ver el anuncio y participar en directo). De momento, ya puedes ir adoptando este sistema de recompensas para premiarte cada vez que realices tu hábito positivo.

Por supuesto, la recompensa tiene que ser también sana. Es decir, que si tu objetivo es adelgazar, no resultaría lógico que cada vez que has conseguido comer saludable te premies con un trozo de pastel. En ese caso, por ejemplo, el premio podría ser hacer algo que te gusta mucho: ver tu película favorita, salir con tus amigos, etc.

3. Aceptar los fracasos

NIño pequeño aprendiendo a montar en skatboard
Los fallos forman parte del aprendizaje

Aprender no significa hacerlo todo bien desde el primer día. Tenemos tendencia a no recordar cómo aprendimos a caminar, montar en bicicleta o escribir:

¿Cuántas veces crees que te caíste aprendiendo a caminar?

Así que cuando quieras adquirir un nuevo hábito, es normal que en ocasiones tengas alguna de estas caídas. Quizás te saltes un día la dieta, te fumes un cigarro en una boda, estés demasiado cansado/a para ir al gimnasio…

¡No es ningún problema! Sólo tienes que aceptar que forma parte del proceso de aprendizaje: vuélvete a levantar y sigue caminando, como hacías de bebé. De hecho, los “fracasos” son en realidad oportunidades de hacer las cosas mucho mejor.

4. La burbuja protectora

Cuando estás aprendiendo a incorporar un nuevo hábito o cuando estás realizando cambios en tu vida, notarás que hay ciertos ambientes y personas que no te ayudan. Es más, tiran de ti hacia tus antiguas rutinas y te desaniman para seguir luchando por conseguir lo que quieres.

  • Un amigo que te dice que no lo vas a conseguir. En realidad tiene buena intención, no quiere verte sufrir al fracasar, pero podría tener un poco más de fe en ti…
  • La pausas en el trabajo para salir a fumar.
  • Un cumpleaños o una boda llenos de comida insana.
  • Y en general cualquier persona o situación que saca de ti a tu “antiguo yo”.

Desde luego el mejor consejo es apartarse de personas tóxicas que no te ayudan a mejorar. Pero a veces no es posible, por ejemplo los compañeros de trabajo. Y otras no queremos romper ese lazo porque nos unen muchas otras cosas a esa persona.

En estos casos lo mejor es establecer un periodo de transición hasta que nos sintamos fuertes para resistir las tentaciones de esas personas y ambientes. Imagina necesitas aislarte momentáneamente de ellos hasta que sepas que, digan lo que digan, tú vas a seguir cultivando tus nuevos hábitos.

Puede ser tan radical como dejar de hablarles (en el caso de malos amigos) y tan suave como minimizar el contacto temporalmente. En cualquier caso, siempre puedes hablar con ellos y decirles que necesitas un tiempo para ti, para hacerte fuerte y para conseguir eso que tanto quieres.

Cómo tener motivación para cambiar

Todos estos consejos son un resumen de este webinar que di en directo en YouTube. De manera que si quieres ampliar la información, conocer más estrategias, herramientas y ejemplos, te invito a verlo. Porque también podrás escuchar las respuestas y ejemplos de las personas que participaron en directo, que seguro te ayudarán a comprender mucho mejor todas estas estrategias.

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